¿Te has preguntado alguna vez por qué amueblamos nuestra casa? ¿De dónde surgen las salas, los comedores, los escritorios e incluso las sillas? En este blog vamos a ver cómo estos elementos que dan vida a un espacio forman parte de la historia del mundo y cómo estos espacios delimitan la adaptación del ser humano como individuo y comunidad.

Los muebles han sido testigos históricos. Se dice que, desde hace más de 30,000 años, las personas llevamos creando y construyendo muebles a partir de madera, piedra y huesos. A medida que estos elementos comenzaban a ser útiles para guardar cosas y la agricultura se desarrollaba, las tribus y comunidades comenzaron a asentarse y a dejar el nomadismo atrás.

Egipto y los primeros muebles “aesthetic”
Dejamos atrás el simple hecho de ser prácticos y almacenar nuestras cosas para descubrir la estética en los muebles. La nobleza egipcia se interesó más allá de la funcionalidad, incluyendo conceptos de confort y decoración. Esto trajo consigo muebles con piezas de mármol y oro, esculpidos con maderas exóticas. Es en este lapso de la historia cuando los muebles se convierten en piezas de mayor propósito, se podría decir que hasta con cierta influencia social.


¿Por qué los griegos y los romanos comían en la cama?
¿Banquetes en la cama? "Láncenme una piedrita que ando bien a gusto", como dirían muchos. Pues sí, la función de muchos de los muebles griegos y romanos podría parecer un poco extraña para nosotros, pero para ellos simbolizaba la concepción de vida, lujo y socialización.
Además de pensar en comodidad, los griegos y los romanos comían recostados para demostrar estatus y sofisticación, llevando esta costumbre al extremo con el “triclinium”, una especie de diván en forma de U que rodeaba una mesa baja. Se recostaban sobre el codo izquierdo y comían con la mano derecha, retratando así aquella escena famosa del romano comiendo uvas.

Adiós comodidad, hola estatus y durabilidad
Es en la Edad Media cuando los muebles comienzan a tomar la forma que conocemos hoy. El concepto viene del latín “mobĭlis” (movible), algo que se puede trasladar. Se volvió esencial mover los bienes dada la naturaleza de la corte medieval, que mudaba de castillo en castillo, y pocas piezas quedaban inamovibles, como la cama o el trono.
Entendiendo un poco el contexto de esta época, los muebles incrementaron su valor y comenzaron a ser inaccesibles para la mayoría de la población, que utilizaba los pocos muebles que tenía, como los baúles, para más que almacenar ropa: también servían como mesa, asiento e incluso cama en ocasiones.

El mueble de hoy
De forma evolutiva, los muebles se fueron adaptando a la estética de cada época, desde las líneas elegantes y la obsesión por la simetría en el Renacimiento, hasta lo extravagante y dramático del Barroco. Comenzaron a delimitar los espacios como los comedores, las salas y las cocinas, cosa que aún a mediados de la Edad Media no se contemplaba.
Con la llegada de la producción en masa por la Revolución Industrial y el surgimiento de las corrientes artísticas, los muebles y el diseño dieron un giro enorme, acompañado de diseñadores como Le Corbusier o Eames, quienes apostaban por muebles funcionales con una estética limpia, teniendo como motivo “menos es más”, una apuesta que hasta el día de hoy influencia el diseño de muebles en cualquier parte del mundo.

Me gustó mucho el breve y conciso recorrido a través del desarrollo de la historia del mueble. Se agradece que se continúe compartiendo información de cultura general relacionada con el diseño. ¡No dejen esta práctica por favor!