RAÍCES Y RITMOS
- Fernando Rossi
- 25 mar
- 3 Min. de lectura
Una reflexión sobre los objetos en el ritmo de vida actual

Mérida cambia. La ciudad crece, se transforma y con ella, las vidas de todos parecieran acelerarse. Entre el constante desarrollo urbano, el ajetreo diario y la gratificación instantánea de las redes sociales, nos encontramos atrapados en un ritmo de alta demanda. Todo es rápido: el trabajo, la información, las tendencias.
Pero ¿realmente así es como quisiéramos vivir?
Reflexionando un poco sobre como los espacios afectan a nuestro estilo de vida y al ritmo que llevamos nace esta entrada de este blog, sentado trabajando, buscando un poco de claridad en esto.
Nos hemos acostumbrado a acelerar de 0 a 100 en cuestión de segundos, a que todo esté al alcance de un clic, a que el mundo gire cada vez más rápido. Pero, en medio de este frenesí, surge la necesidad de encontrar la calma, y sí, es entrar al cliché de pausar un momento a estar presente, pero muchas veces el mismo cliché pareciera desvanecerse y convertirse en un utópico “Descansar”.
Lo de hoy es romantizar la vida
A pesar del ritmo que llevamos, y de lo fácil que es renunciar a estar presentes de forma consciente, cada vez más personas eligen romantizar su vida a través de los objetos que forman sus espacios, algo así como el Feng Shui, pero con un giro a lo instagrameable.
No se trata solo de los muebles o la decoración, existe el tema de considerar a nuestro espacio como una extensión de nuestra vida y la rutina que manejamos, el cómo interactuamos con nuestras salas, cocinas o cuartos para sentirnos como nos sentimos diario. Y si logramos vivir como queremos según nuestro espacio.
Un lugar bien diseñado puede hacer la diferencia entre vivir de manera automática y vivir presente. Elegir muebles con historia, piezas bien pensadas y materiales naturales nos permite construir un ambiente que refleja nuestra personalidad y nos invita a disfrutar cada cosa. Una pieza no es solo un objeto funcional; es una expresión de nuestra forma de ver nuestra vida.

La experiencia sensorial de los objetos
Si los objetos que nos rodean son una extensión de nuestra vida, es más que claro que afectan nuestro bienestar de manera profunda. Un espacio bien pensado cumple más que una función práctica, sino que define el cómo nos sentimos en un día como hoy. No es lo mismo leer en un rincón especialmente pensado para ello, con una luz cálida y un sillón cómodo, que hacerlo en cualquier otro sitio sin intención alguna.
Las texturas, colores y materiales importan. Un mueble de madera natural, con sus vetas y tonos propios, nos conecta con la naturaleza. Un diseño ergonómico nos invita a usarlo de forma intuitiva y confortable. Un espacio bien iluminado y armonizado nos ayuda a relajarnos y sentirnos seguros.
Cuando nuestro entorno está en sintonía con nuestras emociones, cada momento se convierte en una experiencia más profunda y significativa. Desde el tacto suave de una madera bien trabajada hasta la armonía de los colores que nos rodean, cada detalle cuenta. La conexión con lo natural, con materiales nobles y con espacios diseñados para el bienestar, transforma la rutina en un acto de placer y contemplación.
Piensa en tu hogar. ¿Realmente refleja lo que necesitas y cómo quieres sentirte? ¿Te ayuda a vivir con intención o es solo un espacio donde pasas el tiempo?

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